
Los peligros de ofrecer restos de comida
Compartir la comida con tu perro puede parecer un gesto de cariño, pero no todos los alimentos que consumimos los humanos son seguros para ellos. De hecho, muchos ingredientes presentes en nuestras comidas cotidianas pueden causar desde malestares digestivos hasta intoxicaciones graves.
Chocolate: ¡nunca para perros!
El chocolate es altamente tóxico para los perros. Contiene teobromina, una sustancia que su organismo no puede procesar adecuadamente. Ingerir chocolate puede provocar vómito, diarrea, ritmo cardíaco acelerado e incluso convulsiones o la muerte en casos graves.
Galletas: altas en grasas, bajas en nutrientes
Las galletas comerciales, especialmente las destinadas al consumo humano, contienen altos niveles de azúcar y grasa. Además de ser poco nutritivas, pueden contribuir al sobrepeso, la obesidad y problemas metabólicos en los perros.
Derivados de la leche: riesgo de intolerancia
Aunque algunos perros toleran pequeñas cantidades de productos lácteos, muchos presentan intolerancia a la lactosa. Esto puede causar diarrea, gases y malestar estomacal, especialmente si se les da con frecuencia o en grandes cantidades.
Huesos: un peligro oculto
Contrario a la creencia popular, los huesos de res o pollo pueden representar un riesgo serio. Al romperse, pueden astillarse y causar obstrucciones, desgarros o perforaciones en el tracto digestivo, lo que podría requerir intervención quirúrgica.